La liga autogestionada de lucha es un espacio para enfrentarnos a nosotros mismos, para aprender con los otros y para crecer entre todos. A través de la práctica fortaleceremos nuestros cuerpos, nuestras habilidades, nuestros reflejos y, a la vez, potenciaremos nuestras ideas.
El deporte moderno.
El deporte moderno no mantiene ningún principio que esté bueno y para peor forma un dispositivo que atenta contra la libertad. Su valor principal es el de la competitividad dentro del espectáculo para que se luzcan los patrones y sus productos. Para la concepción moderna del deporte todo tiene que ver con competir, sobrepasar a los demás y consumir. Se consume fuerza, se consume competencia y se consumen todo tipo de cosas (las que sean necesarias) para adaptarse al modelo impuesto. Ejemplo de esto son las grandes competencias que hacen los empresarios (mundiales, torneos de alta gama, olimpíadas) que no son más que un gran negocio. En esos espectáculos multimillonarios, todos (menos ellos) pierden, aumenta el control, se prueban nuevas tecnologías de explotación, se presentan empresas, se desplaza y mata gente…todo lo necesario para mantener y desarrolar el dominio del Estado sobre nuestras vidas. Los gimnasios parecen existir para hacer mujeres flacas y hombres musculosos que se adapten bien al modelo que el mercado impone, nada que tenga que ver con la alegría, el gozo y el desarrollo de capacidades que nos hagan a todos un poco mejores. A lo sumo, los espacios modernos vinculados al deporte, son un entretenimiento para descanzar del trabajo y ganar fuerza para retornar después. No se busca un verdadero crecimiento personal, un desarrollo físico y psíquico, sino sólo competir, ser más que los otros. Se entra en una maquinaria perversa donde se pierde la individualidad y se potencia el ser un eslabón más, no parece haber nada más parecido a un deportista hoy que un soldado. Los ídolos de la sociedad actual son los deportistas de alta gama, imágen falsa de salud que al igual que los caballos de Maroñas son obligados a correr en las pistas a sabiendas que su vida útil será breve. Todo tipo de empresas participan del nuevo circo romano cuya ganancia para el Estado es total. Con nada de eso tenemos algo que ver, salvo con su destrucción.
No queremos hacer lo mismo pero “entre nosotros”.
No se pueden cambiar los valores de la sociedad capitalista con slogans diferentes, haciendo lo mismo pero con “nuestra” bandera, hay que cambiar las relaciones sociales y hay que acabar con lo que las produce. Las formas desde las cuales nos movemos en la liga son las del intentar siempre mantener el respeto por los otros, la solidaridad, el mutuo apoyo y la libertad total de cada quién. Es por eso que no aceptamos sexismo, razismo u otra forma de ignorancia hecha práctica. Es por eso que no concebimos el espacio como un lugar para desprenderse del largo día del trabajo o estudio sino para de alguna forma aprender ser mejores. ¿Cómo? Potenciando otros tipos de valores, otros tipos de prácticas y contribuyendo a un mundo que se opone al que nos quiere negar la vida.
La autogestión de las cosas que ponemos a disposición para los entrenamientos, así como de los modos en que entrenamos tiene como finalidad una sola cosa: demostrar como el conocimiento y los proyectos pueden generarse, mantenerse y crecer sin amos de ningún tipo, sin financiación de ningún poder y generando ideas opuestas a un mundo que nos niega. Nadie nos regala nada así que todo lo consegimos entre nosotros. Esto no debe confundirse con usar las cosas como se usan las del Estado o las de las otras iglesias. El laburo de los compañeros y sus esfuerzos se respetan, y el criterio para el uso es tan simple como importante: la responsabilidad. La liga es autogestionada, eso quiere decir que el sustento de las cosas se hace entre todos, cada uno según sus posibilidades y ganas, pero no aceptámos patrones o acomodados de ningún tipo. No somos demócratas, ponemos al respeto en lugar de la tolerancia y al mutuo apoyo en el de la lástima y la caridad. El trabajo se basa en el mutuo apoyo y la solidaridad. Ahora terminamos las palabras porque es tiempo de meterle…
Si te interesa pasá por La Solidaria (Fernandez Crespo 1813) los Sábados a las 16 hs.
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