viernes, 9 de noviembre de 2007

¡Justicia!

Pero ¿qué palabra es esa que no conocen los dioses?

CONFERENCIA-DEBATE


JUEVES 22 DE NOVIEMBRE, 19:30 HS.

LOCAL DEL SES - MALDONADO 1162, ENTRE ZELMAR MICHELINI Y GUTIÉRREZ RUIZ

PANELISTAS INVITADOS:
OSCAR LÓPEZ GOLDARACENA
ALVARO RICO

ORGANIZA: EL CRUCE, Colectivo por Verdad y Justicia (colectivo@elcruce.org)


Texto-presentación:


Juicio y castigo, justicia popular, referéndum, justicia civil…
¿Qué caminos contra la impunidad?

Conferencia – debate


¡Justicia!
Pero ¿qué palabra es esa que no conocen los dioses?

El 22 de diciembre de 1986 el Parlamento nacional aprueba la ley de Impunidad echando por tierra la esperanza de que la naciente democracia aclarara e hiciera justicia con respecto a los crímenes cometidos durante el Terrorismo de Estado.

Ni verdad ni justicia. El Estado iniciaba esta nueva etapa renunciando a principios básicos como la igualdad ante la ley y la separación de poderes y a uno de sus cometidos fundamentales: administrar justicia. La sociedad aceptaba por la vía de los hechos nuevos acuerdos sociales.

Durante 20 años los terroristas de estado no solo disfrutaron su impunidad sino que reivindicaron sistemáticamente su accionar. La ética se alejó de la política y la justicia no formó parte del proyecto de país que se propuso desde las organizaciones políticas. La sociedad no encontró otros caminos que permitieran instalar la necesaria discusión acerca de qué tipo de relacionamiento queremos tener y qué lugar le daremos a víctimas y victimarios en este presente.

El plebiscito del 89 concentró la expectativa de revertir la instalación de la impunidad pero el enorme esfuerzo de militancia que concitó no fue suficiente. Desde las tiendas del voto amarillo se preguntaba “¿después qué?”, instalando la incertidumbre que abría las puertas a todos los fantasmas del pasado. No resultaba claro cuáles serían las instituciones del Estado o las organizaciones de la sociedad civil que tendrían la voluntad y la fuerza de enfrentar el poder militar. La vía de consulta electoral para resolver la situación pareció agotarse en sí misma. El compromiso de respetar “la voluntad de la mayoría” sustituyó los reclamos éticos y la discusión política.

Es que en estos últimos 20 años se impuso un discurso dominante que priorizó las formas de hacer política expresadas a través del voto (elecciones, plebiscitos), y en general, no tuvieron la misma fuerza otras formas de acción política de la sociedad, estableciéndose un camino único, políticamente correcto, que vincula la democracia a lo electoral.

En este marco se generó por años una sensación de estancamiento en torno al tema de la impunidad, que lógicamente no se trata solo de una ley -aplicable o no- sino de su enorme peso simbólico; que no se quedó en un conflicto ético-político-jurídico, sino que se convirtió en un rasgo cultural, consolidándose de alguna manera una cultura de la impunidad. La impunidad, entonces, es un muro a derribar que no solo está afuera sino que también se establece invisiblemente dentro de nosotros.

Si partimos del principio de que los derechos humanos son irrenunciables, intransferibles y no negociables: ¿cuáles caminos son válidos para defenderlos? Aquellos y aquellas cuyos derechos humanos fueron violados siguen siendo agraviados hoy por los mismos acumuladores de impunidad: ¿de qué nuevas formas podemos responder a este hecho?

20 años más tarde las preguntas parecen ser las mismas: ¿en qué se sustenta la impunidad? ¿Qué justicia queremos? ¿para qué sociedad? ¿qué garantiza que haya justicia? Más importante que llegar a la meta es lo que fuimos construyendo para lograrlo. ¿Qué construimos en estos 20 años? ¿qué aprendizajes, qué herramientas hemos adquirido para destruir la impunidad? ¿qué nos dejaron los caminos recorridos en el pasado?

Las respuestas deben necesariamente construirse entre todos y todas. Por eso nos encontramos para escucharnos y no para convencernos unos a otras. Hoy más que nunca necesitamos juntarnos a compartir dudas y análisis. Con humildad, sabiendo que no hay una única verdad ni un solo camino pero aceptando el reto de caminar.

EL CRUCE - Colectivo por Verdad y Justicia


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En estos tiempos de juntas de firmas en ke se vuelve
a plantear un falso binomio (por la impunidad o
kontra la impunidad) está bueno tomarse un momento
para repensar lo que se da por sentado.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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